martes, 15 de agosto de 2017

COSMOGONÍA INVERSA



Paris se ha decidido al fin: las tres diosas son tan antipáticas que hubo de envenenar varias manzanas para verse libre de ellas.

No viven ya los dioses en el Monte Olimpo, sin contemplaciones los echaron para urbanizar la zona.

Hastiada Hera de las infidelidades de Zeus, decidió cambiar el rumbo de su vida al conocer a Afrodita, de la que se enamoró perdidamente.

Con los cabellos serpenteantes de la Gorgona, Perseo se hizo una deslumbrante peluca, amenazante y viva, con la que conquistó a Andrómeda; jugaba ella con los bucles escamosos, mientras las serpientes, celosas, la envenenaban lentamente.


La famosa nodriza de dioses, Amaltea, se hartó un día de amamantarlos; pasea ahora su hermosa geografía por cualquier virginal playa griega.

Lo que nunca nos cuentan es que el  apuesto Apolo, el más agraciado de los dioses, acudía con frecuencia a la dermoestética, por no perder la preponderancia que le procuraba su extrema belleza.


(Venus, Museo Arqueológico de Atenas)
Texto y foto, Virgi